jueves, 11 de septiembre de 2008

Mientras mi corazón se agita al ritmo de las copas de los árboles, mis emociones van y vienen con el viento que según cae la tarde se vuelve más rabioso. Templo mi ánimo con Ravel sin dejar de preguntarme a qué es debido el cambio de humor, aunque motivos no faltan, pero ¿quién no los tiene? Si sopeso mi estado actual por un lado y todos los cuidados, cariño y atenciones que recibo de mis zúticos Erik Mercurio y Coopi por otro, solo puede surgir una sonrisa en mi rostro…aunque la felicidad no es cosa fácil: es muy difícil encontrarla en nosotros, e imposible encontrarla en otra parte.