viernes, 26 de septiembre de 2008

HA CAÍDO UNA HOJA, SOLO UNA

Ha caído una hoja, solo una.
Conversan a mi lado mientras yo estoy ausente. ¿Qué estoy pensando? Algo sin importancia… La ancha calle está concurrida: niños jugando, abuelas pacientes, parejas paseando, mujeres haciendo la compra rápidamente antes que cierren el comercio. Los universitarios ya se fueron a las ciudades para iniciar o continuar sus estudios asumiendo la grave responsabilidad de su futuro. Los padres ultiman detalles para que a sus hijos no les falte nada en el colegio. Los coches no dejan de transitar algunos con la música extremadamente alta, otros demasiado rápidos tienen que frenar de repente en el paso de peatones.
La hoja sigue cayendo. A un ritmo pausado, con reflejos dorados, vaivén modulado a compás envolvente.
¿Es posible que entre tantos ojos nadie sea capaz de verla? ¿Acaso soy la única que la acompaña es su mágico baile hipnotizador?
Sucumbe a su levedad besando el suelo. Antes de que abandonada sea pisada y rota la recojo para guardarla entre mis tesoros.