jueves, 30 de octubre de 2008

ELOGIO A LA PEREZA


Entre las lecturas que acompañan estos días de lluvia y chimenea está de una forma significativa “Una vida sin principios” de Henry D. Thoreau.
Surge la siguiente reflexión: ¿de qué forma se nos va la vida?
Sería importante tomar consciencia sobre si vivimos la vida que queremos vivir. Prácticamente desde que nacemos nos incorporamos al engranaje sólido de la sociedad: educación, trabajo, pareja, hijos, ocio… ¿hacia dónde nos dirigimos?
Nos han educado en la cultura de el trabajo hace al hombre, pero nos han hecho esclavos de un tirano económico y moral creando necesidades artificiales y absurdas para la cuales debemos dedicar plenamente nuestra existencia para pagarlas, como si no fuéramos personas de otra forma!
“…un hombre puede ser muy trabajador y en cambio no emplear bien su tiempo. No hay mayor equivocación que consumir la mayor parte de la vida en ganarse el sustento.”
“…cómo hacer de ganarse la vida no sólo algo valioso y honorable sino algo apetecible y glorioso, porque si ganarse la vida no es de ese modo, esto no sería vivir.”
La sociedad lejos de hacer algo con respecto a los medios de ganarnos la vida ha ido en dirección contraria. Cuando más avances, más sociedad del bienestar…más hipotecados, más esclavos, más desequilibrados…
Nuestra sociedad del bienestar se sustenta en los que no tienen nada, en el tercer y cuarto mundo.
“Somos una población laboriosa y activa que conoce las comodidades de la vida y que tiene necesidades artificiales que le inducen a extraer del país sus múltiples recursos.”
Como muy bien expresa Juan José Coy en su introducción al libro “Desobediencia civil y otros escritos” de Thoreau: Al sumidero van tantas y tantas esperanzas de una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, en la que el hombre no sea lobo para el hombre ni los capitanes de empresa y reyes de la industria sigan explotando al amparo de un sistema, económico y político. Este elogio a la pereza que lleva a cabo Thoreau en su ensayo, como mecanismo de defensa, como táctica de resistencia civil y pacífica, pretende llegar a la preservación interior, a no dejarse contaminar ni convencer por las doctrinas económicas y sociales “liberales” al uso, de las que se convierten en portavoces interesados –es decir, beneficiarios de la corrupción- los políticos.
El elogio a la pereza, o el ocio creativo, es cosa muy distinta a la holgazanería. El ocio creativo es beneficioso para el individuo, es una acción pacífica de resistirse al sistema, esta a favor de los desfavorecidos.
Cuando el hombre haya renunciado a todas sus aspiraciones y retorne a la desnuda existencia participará de la tranquilidad de ánimo que constituye el fundamento de la felicidad humana.

1 comentario:

Eloy dijo...

El hombre es un cerdo para el hombre. Es absolutamente cierto que el estado del bienestar del primer mundo se apoya sin preguntar en el estado del malestar del tercer mundo creado a propósito de esa búsqueda de la desigualdad. Si no existiera esta disfunción social, estoy seguro de que el equilibrio sería inherente a todas las sociedades. Enhorabuena Li-yuán, tu blog cada día es más profundo y consistente; au revoir a lo convencional.